No has querido entenderlo cuando te lo dije,
y te ofendiste.
Porque dije no.
No iba a dormir contigo
No negaré que hubiese sido bonito.
Que hubiésemos despertado abrazados.
Que te apartaría el pelo de la cara si despierto
y te encuentro frente a mi.
Quizá
No negaré que en mitad de la noche,
protegiéndote, mi mano buscaría la tuya,
y entrelazaríamos los dedos,
amarrándonos.
Intentando anudar nuestros sueños.
O soltando la cuerda que me ata a mis pesadillas.
Pero no quiero.
No me veo capaz de despertar a tu lado.
De sonreírte un buenos días.
De verte de espaldas, desnuda, despeinada
y descalza hacia la ducha.
Tapándome los oídos para evitar oír un: «Dúchate conmigo»
Nos hemos sentido durante horas.
Nos hemos besado, tocado, y mordido.
Siento todavía tus uñas en mi espalda.
Siento todavía tu lengua en mi piel.
Pero entiéndeme:
Desnudarme
y desvestirme
Son cosas distintas.
Y tienes que saber,
que me gusta dormir desnudo,
y mi ropa en tu suelo,
no justifica el:
«Quédate a dormir»
Si me desnudas,
prefiero un:
«Quédate»
a secas.
Y un «Dúchate conmigo» cada mañana.