Quizá no sea la primera, ni la segunda.
Aunque quizá, tampoco sea la última.
Y sí, quizá sólo fue una más.
Pero ojalá fuese todas, y cada una, de ellas.
Ojalá
A primera vista no me lo creí.
No creí, ni de lejos,
que fuera capaz de ocultar una sonrisa.
a pesar de intentar ser seria.
Y yo, parecía dormido.
Y ahí estaba.
Se le escapó la sonrisa.
La primera, y la segunda.
Sólo una sonrisa más, y espero que no la última.
Pues claro que hablaba de su sonrisa.
Fuí ya incapaz de verla de otra manera,
y a pesar de que empezó como un juego,
superficial,
sí fuí capaz de meter la pata hasta el fondo.
A 41 metros de profundidad.
Ella es arte,
no merece sólo que la escriban,
merece una historia, un libro,
un sempiterno.
Un chocolate con churros.
No sólo un poema
que escribo
mientras veo
que el té se enfría.
O el café, con leche y en taza.
No seré yo quien la convierta en literatura,
y no importa, me convenceré de que no pasa nada.
Al final,
sólo un susurro más,
y Hans Zimmers,sin notas, en pausa.