Trescientos catorce días

Semana 44.

La tetera hoy ha silbado tu nombre.

Es extraño.

Encuentro tus labios, rojos, en el fondo de la taza.

Frutas del bosque. El té, digo.

Sigo usando sólo mi lado de la ducha.

Para evitar borrar los dibujos con vaho

que hicieron tus dedos sobre la mampara

buscando sujeción mientras me dabas la espalda.

¡Eh! Y guardo tus calcetines.

Aquellos gordos, de invierno.

Con los que derrapabas en el pasillo.

Vestida sólo con ellos.

Siete mil quinientas treinta y seis horas.

Para recordar el tiempo que perdimos juntos.

En tonterías, como ir de compras.

Porque siempre nos sobraba la ropa.

Veintisiete millones ciento veintiséis mil seiscientos latidos.

Que falso es este número. No puede ser cierto.

Porque cada día mi corazón se pausa.

Porque cada día pienso en ti.

314 días.

100 veces tu número Pi.

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