A veces imagino que me leen millones de personas.
Cuando en realidad,
sólo algunas veces han sido miles,
y al principio cientos,
decenas, un par.
O igual no me ha leído nadie.
Como mis mejores lineas,
de luto escondidas en un cajón.
Y antes del principio,
sólo tú.
Estas letras no son para ti,
ni una sola, créeme.
ni la te de tuyo,
porque tuyo fui.
Deja de hacerlo,
si me lees.
Porque me declaro imbécil.
Porque te tuve,
y no supe contenerte,
Porque aposté por el caballo perdedor.